Naturaleza muerta
Un enjambre se abandona
en una playa al sur del mundo.
No olviden que somos navegantes orgullosas
de las crestas marinas.
Treinta y siete aletas lustrosas apagándose
sobre una gran lápida de arena.
No olviden que somos parientes de los hombres,
que cantamos desde antiguo las angustias de la vida.
Ningún Poseidón las ha salvado de su destino
oculto entre lágrimas marinas.
No olviden que somos oráculos submarinos
del destino de la tierra.
Se extingue el canto de amor de las ballenas.
No olviden que fuimos orcas,
las grandes saltimbanquis de las olas.
Se extingue un llanto de amor sobre la arena.
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