20070822

Las calles se abren. Te enseñan hasta las entrañas mientras caminás sin ver las luces y vas añadiendo pasos hastiados a tu bitácora. Cada paso te acerca al recuerdo de cuando el mar te vivía en los ojos. Te miran desde abajo y te ven una perspectiva que no veo casi nunca. Las envidio por eso. La llovizna de hace siglos las hace brillar con el reflejo de pequeños soles agonizantes y eléctricos. Caminás tratando de encontrar a tientas el mar. Te impacientás un poco pero la noche espera tranquila como lo ha hecho siempre. El sueño de los perros se inquieta por un ruido lejano de tacones y de viento. La llovizna sigue. El mar está ahí.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces tengo el mar de frente y no veo.Tenme paciencia mientras te quiero.

CAAZ dijo...

Toda la paciencia entre mi mundo y el tuyo.

Anónimo dijo...

la noche espera tranquila como lo ha hecho siempre... mae me encantó eso Carlos. Abrazo en voz bajita.