20080211

Empanada chilena

No debí escuchar a mi papá,
pero no hablamos mucho de esto, ¿verdad?

Afuera los dos meseros aguardan
con copas de champaña,
ubicados entre los comensales
de las mesas en terraza.

Disculpa.

Ellos se miran como si sus ojos
al mismo tiempo estuviesen
enmarcados entre corazones,
como si el dentífrico fuese la panacea.

Esa pelea es mía.
Ya me lo dijiste.

Cae la tarde sobre el café,
se nota por las rendijas doradas
que bailan entre sombras encima
de las marquesinas y los toldos.

Recordaré mucho estas pláticas
antes de los grandes eventos.

Un mesero se va,
al otro,
una mancha de sol le asalta la frente
antes de morir.

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