20061211


A la brava


Nacemos para morir. Sólo que a algunos les sobreviene la muerte en un momento injusto y por una vía que no debió ser. A la brava si me explico. Pienso en Chile y en los chilenos muertos o desaparecidos por miles en los últimos tres decenios de su historia. También pienso en un Chile que aún es una casa dividida contra sí misma. La muerte de un general retirado reaviva heridas que nunca han dejado de sangrar. Muchas de ellas, abiertas por este mismo. Augusto Pinochet nació para morir y lo hizo a los 91 años, longevo como la mala hierba. La muerte le llegó de manera injusta, a la brava; cuando todavía tenía que responderle a tantas madres y padres, cónyuges, hijos e hijas que aún se preguntan con las uñas sucias donde están las tumbas de los que aman y de quienes no se les permitió despedirse. Que ya no haya más tumbas anónimas en ese maravilloso suelo austral que es más una celebración de la vida que un campo de homicidios. Que los muertos descansen en paz. Que los vivos trabajen en paz.

1 comentario:

Julia Ardón dijo...

Hermoso comentario. Realmente hermoso.