20071219
Un esquéiter viaja absorto en la pantalla de su teléfono celular. La patineta de ruedas blancas lo acompaña en el asiento de al lado. El bus avanza lentamente con una tos que sacude las cervicales de los pasajeros taciturnos. Avanza entre dos hileras de pilares anaranjados. Pienso en las antiguas calles de Palmira, en su silueta gloriosa y su lujo, en el orgullo, en la guerra, en la destrucción, el olvido. Los siglos juegan con nosotros de manera indolente. Una mariposa blanca blanca revolotea de manera fugaz frente a la ventanilla. Estamos en contacto mínimo por un instante irrepetible. Las vidas están hechas de largas secuencias de actos irrepetibles. La igualdad es ilusoria incluso en los billetes de cien dólares. El autobús ronronea mientras se mueve en dirección de la ciudad. En algún lugar alguien fabrica ojivas nucleares mientras se convence a sí mismo de que es como hacer botones. Luego buscará la manera de volver a casa en autobús o como sea.
20071115
Sólo queda la lluvia tras el sueño,
(¿o sólo el sueño queda después de la lluvia?)
Libros abiertos sobre mesas de café,
un regalo celeste, un saludo amistoso
para alguien que no te recordará dentro de unas horas.
El periódico amarillo , el reloj, la cuenta pagada.
El mundo vitrina te observa,
la servilleta que doblás como se doblan los mundos.
Es el sueño,
afuera las nubes están repletas.
20071104
Cortarme el pelo. Las ideas me salen nuevas como si cada tijeretazo fuera una liberación para el cerebro. Las neuronas chocándose y encendiéndose con más filin. El champú huele a manzana y me da hambre. Estar en una peluquería me hace pensar en un buen café y, si el peluquero es argentino, pienso en glamur y en prosas celestiales y en cómo sabrá ese café viendo hacia el mar plateado, mientras a lo lejos suena una radio trágica y apasionada. La tijera corta y crea. Miro al espejo y reconozco al mismo tipo que soy, pero le hago un guiño de deferencia. Afuera está lloviendo y me pregunto si la imagen del espejo se irá conmigo a casa.
20071024
20071003
Es un poco esto la vida:
ponerse a pensar de pronto si la cantidad de lluvia que se precipita sobre la ciudad gris, que en estos momentos se ve aún más gris, velada por el manto de agua, provocará el desborde de las alcantarillas y la consiguiente inundación de las calles y aceras circundantes. Mientras, él sostiene dos paraguas con su mano izquierda y su nieta de seis años intenta reposar la fiebre sobre el regazo.
A lo lejos, empiezan a flotar los tarros de jugos y varios cadáveres de insectos.
20070921
Abajo el polvo sigue girando,escondiéndose entre las comisuras de los ojos y la boca de los condenados a pasar. Arriba tres zopilotes planean: puntos negros y libres entre el azul transparente.
Un niño se mueve entre las ramas con una intuición apenas.
Mientras, las hormigas husmean en su cuerpo.
20070827
20070826
mientras miro por la tele el cadáver de un hombre
en posición fetal y con las manos amputadas.
Ella duerme a mi lado con una soltura
que yo interpreto como un sueño feliz.
Los perros negros también duermen.
Tres pequeños emisarios de la noche en espera.
Entretanto, siguen corriendo los ríos de color púrpura.
20070822
20070805
20070719
Los abismos están eructando palabras que nacen vacilantes.
Las palabras pendulan en el sueño que las ve crecer sin figura.
El sueño cabalga con ruedas sobre un mar de cabezas planas.
El mar reconoce el sonido que proviene del espejo y se crispa.
El espejo esta formado por miles de ojos que exprimen la memoria.
Los ojos escrutan hacia adentro para ser los abismos del destino.
20070627
20070621
20070530
20070430
me encuentro con la semilla
que pare árboles vestidos de gris.
Doy contra la cuña de concreto:
estructura absorbente de desechos
que alguna vez fueron habitación
de algún tipo de aliento humano:
alitósico, vehemente, alcohólico,
indefinible, superfluo, fugaz.
Ahora vigilo la ciudad con mis entrañas,
mientras el sol enrojece con lentitud.
Mi fuga será otra vez compacta y blanca,
sólo una gota imperceptible
sobre la inmensa y anodina acera,
donde tienen su imperio millones
de chicles regurgitados.
Será como asomarse fugazmente
por la ventana de un autobús
sabiendo que vos me viste sólo un momento
desde la ventana de otro autobús
que llevará desde ahora un rumbo indefinible.
Ceratti me mira sin verme,
plano y con anteojos oscuros,
no sabe nada de los chicles negros
ni de las fugas blancas,
ni de tus breves sonrisas
en las que vivo cuando no estás.
20070422
20070416
20070407
20070323
Es antes del amanecer.
Una infinidad de minúsculos ojos verdes
eriza el agua.
El mar es la piel quieta de un espectro.
A lo lejos dos gallos presienten
la resurrección del sol
en el jardín circular.
A la misma hora,
él se abre las venas.
Un mar espeso crece sobre la terraza,
los primeros rayos solares
tendrán sabor a púrpura y despecho.
20070318
20070308
20070304
Entra un hilito de claridad por la rendija. La luz contiene partículas que me atraen. Son pelillos que juegan a desafiar a Newton y me recuerdan la época en que el océano llegaba al borde de mis ojos. Un océano que me contenía y en el que yo brillaba libre, ingrávido, observando los lejanos portales por donde los hilos de la vida deambulaban.
Entra un hilito de claridad en el instante en que mi memoria trata de recuperar tu aroma.
20070218
El hombre corre y a su paso saluda con la mano izquierda a los transeúntes que pasan, a los choferes, a los pasajeros de los autobuses.
Dos hombres jóvenes que van unos asientos detrás de mí, de pronto lo ven pasar y dicen: "ese mae está loco". Yo ya lo había visto y mientras los hombres hacían el comentario pensaba en lo original y desinhibida que era la actitud del tipo. Luego pensé si de veras estaría loco el hombre. Le miré el rostro, me pareció despreocupado y sereno. Volvió a verme y me saludó con una suave sonrisa.
Siguió corriendo. Yo sigo pensando en mi asiento con ganas de leer a Michel Foucault.

Tengo mucha hambre. Abro el televisor:
Adentro hay bulbos, cables
y unas placas de circuitos integrados
que tienen apariencia de galletas sodas fosilizadas.
Hay una calma ominosa
y solo alcanzo a oir los gritos de mi panza
reverberando en las paredes del presidio.
Encuentro una puerta, afuera está
el desierto y sobre él se extiende una
ligera/suave/tersa/dulce escarcha de muerte.
20070208
20070121
PUERTA ABIERTA
Fue desde que te fuiste que las paredes empezaron a tomar color de incertidumbre. Poco después empezaron a aparecer los pájaros.
Los miro a través de la ventana, corro la cortina sólo un poco haciendo espacio apenas para un ojo. Los bichos están ahí, observándome fijamente con ojos torvos de color indefinible. Un hilo de hielo me baja por la nuca y se desparrama por mi espalda. Paso el día intranquilo, posando mis ojos sobre las paredes que antes tenían un color apastelado.
He abierto la puerta para enfrentar a las alimañas (me sudan las manos), pero no están, se han escondido las malditas. Siempre lo hacen pero sé que están cerca, acechándome y que en cuanto cierre la puerta volverán a tomar sus puestos frente a esta casa que se me ha convertido en caparazón y sin embargo me resulta cada vez más desconocida.
Hoy he decidido dejar la puerta abierta y sentarme en un rincón oscuro de la sala, a esperar. Talvez las pequeñas bestias decidan entrar y así sabré de una vez por todas a qué han venido, porqué me sitian desde hace siglos.
No conozco de pájaros. Quizá sean cuervos y vengan a sacarme los ojos. Me convenzo de que eso fue un lapsus gracioso en medio de la desazón que se me ha vuelto una enfermedad crónica. En todo caso si así fuese no me queda mucho que mirar desde que te fuiste y el color de incertidumbre se adueñó de las paredes y luego poco a poco lo hizo también de la fachada, de la acera, de la calle, de los edificios de enfrente, de las nubes, del horizonte, de los amigos, de mi sonrisa…
Sólo defino con claridad el rectángulo de luz que entra por la puerta y unas pequeñas siluetas que avanzan hacia mí en completo silencio.